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¿Cuándo realizar la prueba del naproxeno?

prueba del naproxeno

La prueba del naproxeno es un test especial que se utiliza en enfermedades provenientes en su mayoría de la médula ósea, con fines diagnóstico, que consigue a través de una metodología correcta, dilucidar la respuesta correcta a la enfermedad que se desea tratar. Al ser positiva se considera que se está ante la presencia de una patología neoplásica o cancerígena.

Para realizar la prueba, se deben administrar 250 mg o 1 comprimido de Naproxeno cada 8 horas o cada 12 horas por 3 días, después se debe suspender. Una vez suspendido, es el momento en el que conviene documentar cómo ha sido la evolución de la temperatura corporal a través de una curva térmica durante los siguientes días, preferiblemente a través de la toma axilar.

Se evidenciarán dos clases de respuestas

  1. Respuesta total: verás que disminuye la temperatura a menos de 37,2 °C, a la vez que recibe el fármaco y se va manteniendo tiempo después de suspender el fármaco, incluso pudiendo llegar hasta 5 días sin fiebre. La sensibilidad de la respuesta total al naproxeno, va detectando la existencia de una neoplasia en un 70%, mientras que la especificidad entorna el 98% en la prueba.
  2. Respuesta parcial: cuando sucede una respuesta parcial, verás que disminuye la temperatura 1 grado centígrado o en ocasiones, más, manteniéndose en tal temperatura en los días que se encuentra suspendido el medicamento, pero siempre por encima de los 37,5 grados. La sensibilidad de la respuesta parcial detecta la presencia de una neoplasia en un porcentaje de 85%, así como una especificidad del 80%.

Después de saber cómo se traduce la prueba del naproxeno, es el momento de que conozcas con exactitud en qué tipo de situaciones es útil llevarlo a cabo y permitir que sea una opción para conseguir un correcto diagnóstico.

Indicaciones de la prueba del Naproxeno

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Fiebre de Origen desconocido Nosocomial

Este tipo de fiebre suele generarse después de varios días de hospitalización, pues aparece tras enfermedades contenidas importantes dentro de los centros de salud y que para su curación requieren de tratamientos complejos.

Así mismo, es una prueba que en casos de fiebre nosocomial puede ser un instrumento diagnóstico de gran utilidad en pacientes inmunodeprimidos como traumatizados graves, quemados, portadores de neoplasias o quienes tienen antecedentes de cirugías invasivas.

Muchas de las fiebres de origen desconocido de causa nosocomial u hospitalaria pueden ser de fácil diagnóstico, pero otras si requieren de un estudio más exhaustivo, siendo la prueba del naproxeno, un elemento que facilita la respuesta al diagnóstico, cuando la situación se torna un poco compleja.

Se sabe que el examen físico es un componente importante en la evaluación de todo paciente, pero si a esto le añades uno que otro test de comprobación diagnóstica, conseguir un estudio claro de lo que se está buscando será mucho más efectivo y te llevará directamente a dónde quieres llegar, sin muchos rodeos.

Fiebre de origen desconocido en neutropénicos

El número de casos de fiebre neutropénica se ha ido incrementando progresivamente y con ello, el número de terapias antiblásticas una vez que se había confirmado que se trataba de este tipo de causa. Sin embargo, cuando ha sido difícil el diagnóstico de la fiebre neutropénica, se puede recurrir a métodos que dirijan la búsqueda del diagnóstico a un fin más confiable, en este caso, suele ser la prueba del naproxeno, que va teniendo un factor importante para descifrar el diagnóstico definitivo.

Tanto las condiciones de neutropenia, como aquellas para la administración de quimioterapia, por ejemplo, requieren de un diagnóstico definitivo y esta prueba medicamentosa es una opción de máxima utilidad que no solo certifica la presencia de la fiebre neutropénica, sino que también da una idea de la gravedad, así como de la duración de la neutropenia.

En la etapa de inicio de la fiebre neutropénica, verás que se asocian frecuentemente las infecciones bacterianas y en etapas posteriores, se van relacionando infecciones de otras etiologías como virales y micóticas.

Comúnmente a la fiebre neutropénica en etapas ya desarrolladas, se pueden involucrar infecciones frecuentes como el virus de herpes simplex, pues es parte de los virus que mantiene una estrecha relación con la adherencia al ADN humano fácilmente, sobre todo cuando se trata de los trasplantados de médula ósea. Cuando se quiere comprobar que se trata de este cuadro clínico, la prueba de naproxeno, es una prueba que se establece entre aquellas de elección para definir el diagnóstico.

Fiebre de origen desconocido asociada al HIV

Los pacientes infectados por HIV, pertenecen al grupo de casos en el que resulta importante reconocer cuáles son las patologías a las cuales tiene mayor predisposición, pues la fiebre suele ser el signo clínico más característico y puede ser fácilmente representado a partir de la prueba del naproxeno, ayudando a certificar el diagnóstico y a proceder con mayor facilidad al tratamiento conservador.

La fiebre prolongada en los pacientes con HIV, tienen una excelente respuesta diagnóstica a la prueba medicamentosa con naproxeno, sin embargo, en las primeras etapas de la enfermedad de base se puede llegar a sospechar de otras enfermedades causantes de la fiebre, como por ejemplo mononucleosis infecciosa, por lo que es también importante complementar el estudio ya sea con la serología si no se conoce la presencia de HIV o también con el contaje de linfocitos CD4, detallando si está por debajo del límite de 400 mm3, lo que implica un estado grave de la enfermedad.

Pero, si el contaje de los linfocitos CD4 se encuentra por debajo de las 200 células por mm3, las posibilidades de complicaciones se hacen más numerosas y la prueba del naproxeno pasa a ser una opción que no ofrece mucha especificidad debido a todas las alternativas que implican su causa y las miles de infecciones que pueden asociarse a la inmunodeficiencia provocada por el HIV.

Una vez que has conocido todas las indicaciones a las que la prueba de naproxeno se somete, ya será mucho más sencillo tener en cuenta cuándo el medicamento puede ser de gran utilidad en un fin diagnóstico, al estar frente a una patología originaria de la médula ósea.